
En el pasado remoto, los Yuan-Ti dominaban gran parte del continente de Faerûn, haciendo sus cosas de gente-serpiente y adorando a su dios-serpiente Merrshaulk. Los Yuan-Ti levantaron un imperio cruel y poderoso, aliándose con las razas que tenían escamas y comiéndose al resto.
Pero el tiempo de su dios-serpiente llegó a su fin, y el declive de la civilización Yuan-Ti comenzó a medida que el ascenso de los humanos llegaba. Los jovenes reinos humanos, enanos y elfos se volvían contra los hombres-serpiente, librándose de su yugo. Poco a poco los Yuan-ti se fueron retirando a los rincones cálidos y selváticos de Faerûn, destilando su odio hacia los mamíferos* y adorando a su cada vez más dormido dios-serpiente.
* Yo también me cabrearía si mi comida se sublevase y destruyera mi reino, qué quieres que te diga.
Hic sunt serpentis!